viernes, 8 de abril de 2011

Yo amo el rock and roll. Joan Jett.

El pasado miércoles después de la enésima goleada del Barça en Champions League, me vi una película de finales del año pasado donde se narra el nacimiento, auge y caída del grupo The Runaways, el primero de la historia del rock donde todos sus integrantes son mujeres.

Dicho film, interpretado entre otros por Kristen Stewart (la guapa de la peli quinceañera, insulsa y tostón de Crepúsculo) reúne todos los topicazos de las biografías de músicos del mundo del rock. Comienzos y problemas familiares, primeros conciertos, primeros contratos, cuando llega el estrellato y como no, cuando se  estrellan. Tratándose de un grupo rock de los años setenta con tendencia punk, es lógico que el golpe se lo dieran con los excesos de todo tipo de vicios y drogas.

La película se centra en la vida de dos de sus miembros (Joan Jett y Cherie Currie) y su productor (Kim Fowley). Joan Jett es la fundadora, líder, guitarrista y compositora. Busca a un productor, manda maquetas y sueña con tener un grupo. Cherie Currie es contratada como cantante e imagen. Fowley es quien las dirige a la brutalidad y el salvajismo, para lo bueno y lo malo, del rock. Aceptado ésto por la primera y el resto del grupo, Cherie es más reticente pues realmente no se involucra.

El grupo tuvo un gran éxito en su momento.  "Hello daddy, hello mom... ch-ch-ch-ch-ch CHERRY BOMB” estribillo de la canción Cherry Bomb dio la vuelta al mundo, con gran éxito por ejemplo en Japón, donde hicieron una gira. Pasado el tiempo, la más insegura y desgastada, Cherie Currie deja el grupo, todo se derrumba a pesar de los intentos de Joan de que nada se rompa y The Runaways llega a su fin.

Lo que más me gusta de la película es el personaje de Joan. Desde el comienzo podemos ver claramente que ella ama lo que hace. A su guitarra y al rock. Por el contrario, la vocalista, que es contratada más como imagen que como otra cosa, nunca se le ve apasionada. La última escena es claramente significativa. La Currie trabajando en un pequeño almacén oye por la radio el tema “I love Rock N’ Roll”. Le encanta. Presta atención a quien lo interpreta y se queda de piedra cuando se entera que es Joan Jett & The Blackhearts. Emocionada llama a la radio para saludar a Joan que se encuentra promocionándolo. Esa canción pasó desapercibida en su momento cuando lo cantaron sus compositores, The Arrows. Pero Joan la escucha por la radio y se le queda grabada en la cabeza. Años después la versiona y… más de diez millones de discos vendidos. No sólo eso. Hoy en día, Joan Jett está considerada dentro de las cien leyendas del rock. Cherie Currie… no.

Con esta historietita quiero decir que para interpretar cualquier tipo de música (rock, pop, jazz, clásica…) es fundamental  nutrirse de los predecesores, observar los contemporáneos y estudiar tu estilo. No es coger la guitarrita y tocar unas horitas y que bien lo hago. Es la gran diferencia entre "el que interpreta" y "el que interpreta y ama la música". Los músicos no son unos trabajadores que entran a las ocho y salen a las dos. Viven para y por la música. Es la diferencia entre Joan y Cherie. Por eso, me indigno (y mucho) cuando algunos triunfitos cutres no conocen a Madonna, Joan Manuel Serrat o a Bruce “Sprinfield” como dijo uno. Por favor, dedicaros a otra cosa.

Hoy en día, Joan Jett & The Blackhearts, con cincuenta y tantos años, continúan tocando en giras y grabando en estudios. Cherie hace figuras con una sierra eléctrica. Los triunfitos cutres, con veintipocos salen en el programa de María Teresa Campos.  Insisto, dedicaros a otra cosa.

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