miércoles, 2 de marzo de 2011

El Concierto para Mandolina del "cura rojo"

El más representativo compositor italiano del Barroco es el veneciano Antonio Vivaldi, (1678-1741) apodado “el Cura Rojo” por el color de su pelo. Con total seguridad, cualquiera que posea discos de música clásica tiene casi seguro su trabajo cumbre: Las Cuatro Estaciones. Esta obra maestra sólo tiene un pero: el haber eclipsado el resto de sus composiciones. Algo lógico, dada la belleza incomparable que poseen los cuatro conciertos que la forman. Gran expresividad,  riqueza sonora, brillantez, velocidad y agilidad, acompañan ésta y el resto de su obra.

Aunque compusiera también entre cuarenta y cincuenta óperas (tristemente sólo se conservan poco más de diez), la gran fama de Vivaldi se debe a su música instrumental y concretamente a sus Conciertos y a la forma que les da (desarrollados posteriormente por Bach, dicha forma perdurará en el clasicismo, romanticismo y siglo XX).

Un Concierto es una pieza destinada al contraste entre una orquesta y uno o varios solistas. La forma predominante anterior a Vivaldi es el Concerto Grosso (con un grupo solista, dos o más, llamado concertino). Él es quien consigue que sea un único instrumento el solista, en concreto el violín, siendo la voz dominante del conjunto. Posteriormente le dará protagonismo a otros instrumentos, rescatando del olvido al violonchelo, fagot, oboe, flauta y mandolina.
Los conciertos de Vivaldi suelen  estar divididos en tres tiempos Allegro-Adagio-Allegro siendo la tonalidad común en sus movimientos, la que presta unidad a toda la obra.

Dicho todo esto, estuve escuchando una recopilación creada por mí, con varias interpretaciones del Concierto para Mandolina y Orquesta RV 425 (mi favorita es una de la Orquesta de San Marcos). En tonalidad de Do Mayor, resume todo lo indicado anteriormente. Tres tiempos, allegro-adagio-allegro, la Madolina ejerce de solista y el resto orquestal se limita a un puro acompañamiento. El primer movimiento, precioso, es el más conocido. En 4/4 la Mandolina se ejecuta con gran virtuosismo muy velozmente bajo un acompañamiento unísono en cada parte del compás. El segundo, también en 4/4, desarrolla el tema lentamente, donde el instrumento de cuerda es escoltado por el resto de la instrumentación la cual aparece cada dos partes  de tiempo ejecutando un acorde. El tercer tiempo (sobreexposición del tema), aunque en 2/4 toma de referencia los solos del primer movimiento bajo el acompañamiento del segundo. Sencillo, el concierto es una auténtica joya. Ideal para crear afición entre los niños y los no tan niños. Genial, como casi todo lo del pelirrojo, uno de mis autores favoritos.

Dos apuntes más.
1) El primer movimiento sirve de banda sonora en la película Kramer contra Kramer, interpretada por los entonces jovencísimos Dustin Hoffman y Meryl Streep. Creo que en la peli también incluyen un concierto de Henry Purcell (escribo de memoria y no lo puedo afirmar con rotundidad).
2) Existe una curiosa película, Vivaldi, Príncipe en Venecia, sobre la vida del susodicho. Puede ser algo pesada. Sólo recomendada para melómanos de los buenos.

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